Los últimos 100 días en el Hospital Dos de Maig

Los trabajadores del Hospital Dos de Maig, cumplían ayer 100 días desde la primera acampada efectuada el pasado mes de Junio en frente del propio hospital y en contra del cierre del centro. Como reivindicación a estos 100 días, ayer a las 20:00 horas, cortaron el Carrer de la Indústria y realizaron una cacerolada uniéndose a la que vienen haciendo todos los días los vecinos del barrio. Ambas partes han tenido una serie de enfrentamientos, los cuales concluyeron  con una asamblea improvisada en la que han decido salir conjuntamente a manifestarse.

Este pasado verano,  el Consorci Integral Sanitari (CSI), empresa que dirige el centro hospitalario Dos de Maig y da trabajo a más de 500 personas, comunicó a sus empleados el cierre de éste para el pasado día 30 de septiembre y el cese de sus servicios a partir del próximo 31 de Diciembre. En ese momento, los profesionales del centro salieron a la calle a tratar de impedirlo.

La primera iniciativa fue hacer una acampada conjunta, de la cual ayer se cumplían 100 días, y realizar todos los miércoles a las 13.00 horas una cacerolada. Tras un mes, decidieron dejar la acampada y proseguir con diversas actividades como fueron, por ejemplo, la creación de un hospital de campaña en la Plaça Sant Jaume. Por su parte, los residentes de diversos barrios de la Eixample Dereta decretaron proseguir con la acampada y las protestas.

Conjunto a estas medidas de presión se creó una sociedad anónima formada por trabajadores y directivos del ámbito sanitario. Su objetivo es sacar adelante la compra del edificio y pasar a gestionar el centro. El problema reside en la falta de inversores que les ayuden en este cometido. Los vecinos ven en este movimiento un intento de privatización del centro hospitalario.   

Por todo esto en la manifestación de ayer, vecinos y sanitarios tuvieron sus más y sus menos. Los primeros les recriminaban a éstos que solo buscaban salvar sus puestos de trabajo independientemente de si se privatizaba o no el centro y de no contar con ellos, mientras que los segundos les intentaban hacer ver que todos estaban en el mismo barco; todo esto en una especie de asamblea improvisada realizada en el centro de la cacerolada. Finalmente, acordaron unirse y luchar en el mismo bando.

Dos personas, situadas una a cada extremo de la carretera, soportan una pancarta con el lema de la protesta “100 dies d´acampada i estem a l´estacada”.